En la piel del periodista de guerra

Per Josep Gonzàlez

Ni una medalla de militar, ni un sueldo de futbolista, ni el prestigio de un presidente, ni la popularidad de un actor.... Sólo obtienen la recompensa de mostrar a nuestra sociedad la cruda realidad del mundo en que vivimos aunque, a veces, parece que este se encuentre en un lugar muy lejano.
Los periodistas de guerra son un ejemplo para cualquiera. Ellos tienen que demostrar día a día un espíritu de supervivencia que les permita poder pasear entre muros i alambres. La piernas de un reportero de guerra tiemblan sin cesar ante los sonoros ataques entre las dos fuerzas combatientes. La voz intenta imitar a la llamada seguridad mientras su dentadura se rompe de sufrimiento. Los ojos se acurrucan bajo las cejas para evitar ver la sangre que se derrama en las calles junto a las extremidades del derrotado o, muchas veces, el inocente.
El periodista de guerra debe ser aquel que no sufre al ver todas estas barbaries mundiales. ¿Puede haber alguien con esa capacidad? La verdad es que se lo merecería todo, se merecería la medalla, el sueldo, el prestigio i la popularidad...